La actriz y cantante que ha participado mayoritariamente en cintas de terror llamada Cyanide Savior y también conocida como Manoush, tiene 45 años y reside en Alemania. Antes ya había hecho noticia luego de gastarse más de 50.000 dólares en cirugías plásticas, pero hoy dio un paso aún más radical en un intento por conservar su belleza de juventud.
De acuerdo a lo que consigna el Daily Mail, considera que “envejecer es una enfermedad”, por lo que desde hace tres meses que se inyecta una bactería de hace 3.5 millones de años. La cepa bacteriana milenaria Bacillus F fue descubierta en el permafrost de la lejana Siberia, en la república rusa de Sajá, en 2009. Pero no fue hasta el año 2015 en que científicos desbloquearon su ADN, destacando que no mostraba indicios de envejecimiento.
Esta característica la convierte potencialmente en la clave para mejorar la saludad y aumentar la longevidad. Manoush recibió la bacteria de manos del científico ruso Anatoli Brushkov y se la inyecta desde el 22 de julio. Lo hace sola, ya que el procedimiento se considera experimental y ningún médico se atrevería a perder su licencia por inyectársela.
Aunque tiene cuidado. Cada mes le hacen pruebas de sangre y las comparan con las pruebas de antes, para ver que no existan anomalías derivadas de las inyecciones.
La actriz afirma que nunca se ha sentido mejor y que su piel ha mejorado notablemente. Aunque se da cuenta de que esto no le ayudará a rejuvenecer 20 años, cree que le ayudará a vivir hasta los 80 o los 90. “Mi piel es tan suave como la cola de un bebé”, reveló.
Manoush no cuenta con apoyo de sus familiares, pero sí entre algunos amigos capaces de comprenderla. “Quiero morir con el pleno funcionamiento de mis funciones corporales y si esto ayuda, todo habrá valido la pena”, sostuvo.
Anatoli Brushkov, el científico amigo de Manoush, encabeza el departamento de Geocriogenia de la Universidad Estatal de Moscú. Él se inyectó Bacillus F en 2015, pero ahora afirma tomarla por vía oral y destaca los resultados positivos, aunque subraya que le aconsejó a Manoush que no se la inyectara.
Brushkov asegura que la zona donde hallaron la bacteria tiene fama de que los residentes locales son los que más viven en Siberia y explica que “consumen esta bacteria en el agua”.
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