Carrie-Ann y Emily Crawshaw no son como todas las niñas. Cuando terminan su día en a escuela, no significa que empezó la diversión, pues estas dos hermanas inglesas de apenas 6 y 9 años corren hasta su casa para ayudar a su madre con las tareas del hogar.
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La pequeñas sacrifican su infancia no por una obsesión con la disciplina, sino para ayudar a su madre que sufre una enfermedad degenerativa llamada fibromialgia y artrosis, que le impiden hacerse cargo de las tarea hogareñas más cotidianas.
Las dos menores se hacen cargo de todo: preparan la comida y hacen la mantención de la vivienda. Lavan la ropa, la planchan, hacen la cena y el desayuno, y también velan por la salud de su enferma madre.
Para la mujer, de 45 años de edad, resulta descorazonador ver a sus hijas hacer tanto esfuerzo.
Si te preguntas dónde está el padre, la respuesta es aún más dura: Mark, de 53 años, trabaja de sol a sol para pagar la hipoteca y conservar la casa en la que vive junto a su amada familia. Desde que la enfermedad de su mujer se volvió crónica, el hombre debió hacerse cargo de cubrir todas las cuentas.
Por supuesto que a veces la pequeñas simplemente desaparecen por hora para jugar, pues están conscientes de que su infancia no puede transcurrir sólo haciendo limpieza y cuidando a su madre.
Es una situación muy dura la que atraviesa esta humilde familia inglesa.
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