Birma Devi Kunwar tiene 32 años y camina un largo camino de montañas y rocas para ir en ayuda de grupos de riesgo de la aldea Pipalchauri en Nepal.
Birma camina cerca de 20 kilómetros para ir en ayuda de la aldea Pipalchauri en el distrito de Darchula en Nepal.
Este lugar es apartado ya que posee un camino lleno de montañas, colinas y valles, pero Birma lo recorre para llevar las vacunas contra el COVID-19 en una caja refrigerada que carga en su espalda.
“En el pueblo, la gente espera ansiosamente las vacunas. Me preguntan constantemente cuándo llegarán, cuándo pueden recibirlas” declara Birma a Mashable.
Según informa Unicef, estas vacunas son parte del 1,5 millón donado a Nepal por Estados Unidos a través de COVAX que las entrega de forma equitativa y se encarga de hacerlas llegar a lugares tan remotos como al que acude Birma.
En el camino la mujer debe cruzar un largo puente y aunque se puede conducir una parte del recorrido, la verdad es que el camino no es muy seguro, sobretodo cuando llega el monzón, viento del océano ´indico que sopla en direcciones opuestas y trae lluvia que genera inundaciones y derrumbes capaces de bloquear las rutas, según indica Mashable. “Con las carreteras, nunca se sabe lo que va a pasar. Al menos puedes confiar en tus propios pies”, indicó Birma a Unicef.
El ascendente trayecto le toma una hora y media. “El camino es muy difícil. Te duelen las piernas constantemente y a veces simplemente te despiertas y te da pereza hacerlo todo de nuevo”, declara la mujer a Mashable.
Birma ya ha entregado vacunas antes hace ya 4 años para inmunizar a los pequeños de la aldea. “Han pasado cuatro años que he estado haciendo esto: cargando vacunas. En nuestro pueblo, la gente, ya sea joven o mayor, ha estado esperando vacunas, me siento feliz. El gobierno ha hecho estas disposiciones para vacunar a la gente. Soy capaz de ganarme la vida, así que soy feliz” enfatizó Birma.
Sin duda Birma es una superheroína en medio de la pandemia que vivimos.
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