Los ancianos son los mayores tesoros que tiene la sociedad, ya que son la fuente del conocimiento y la experiencia. Por eso luego de trabajar toda su vida, llega un momento en que se ganan el derecho a descansar y disfrutar sus últimos años de vida junto a sus nietos.
Sin embargo, la realidad de muchos abuelitos no es esa, a pesar de haberse esforzado por salir adelante y tener una vida digna, deben seguir trabajando aunque su cuerpo y mente quiera descansar.
Este es el caso de Ramón Rojas, un anciano de 69 años que se dedica a hacer juguetes de madera que vende afuera de un zoológico ubicado en Chilpancingo, Guerrero, México .
Ramón se convirtió en carpintero a los 35 años y todo lo aprendió por sí mismo, siempre motivado por construirles juguetes a sus hijas cuando eran pequeñas para verlas felices.
Aunque su labor es ardua y hasta dolorosa, siempre le da satisfacción ver sus productos terminados.
A sus casi 70 años, Don Ramón debe seguir trabajando en la construcción de sus hermosos muebles de madera para poder subsistir, pero lamentablemente no había tenido mucha suerte. Las ventas no se concretaban, el dinero era escaso y la frustración se apoderaba de sus pensamientos.
Hasta que una simpática joven decidió sentarse a su lado y escuchar su historia para darle una mano.
Fernanda Valle caminaba cerca del zoológico cuando vio a Don Ramón con su puesto de venta. Decidió sentarse a su lado y conversar con él un rato. Al ver que las ventas del hombre no prosperaban, la mujer dicidió ayudarlo y publicar fotos de él en redes sociales para dar a conocer sus productos.
“Miren la chulada que me encontré, el Sr. Ramón Rojas me pidió de favor que lo visiten, el esta a un costado del zoológico zoochilpan vendiendo estás hermosas artesanías que el elabora, textual me dijo «las hago con mucho amor» , súper gentil me invito a tomar asiento .. Estaba triste por qué no ha vendido ni una pieza están hermosas y a buen precio …también hace las piezas en tamaño real“.Fernanda Valle en Facebook
El anciano no tenía mucha esperanza de que la publicación en las redes sociales de la mujer hiciera mucho efecto, pero le agradeció sus buenas intenciones.
Lo que Don Ramón no sabía era que internet, y específicamente las redes sociales, se han convertido en una potente herramienta para visibilizar a las personas emprendedores, como él. Fue así como sus imágenes fueron compartidas por cientos de personas y otras lo visitaron directamente en su puesto de venta.
El post de la joven fue tan exitoso que al hombre le han llegado varias solicitudes de compra desde Estados Unidos.
Don Ramón solo necesitaba ser publicitado para poder vender sus trabajos y gracias a una joven de buen corazón lo logró.
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