“Usábamos unos 11 mil pañales al año”.
Ya un hijo es bastante trabajo, imaginate ¡6! Tal cual fue el drástico cambio de vida que tuvo esta pareja compuesta por Janet y Graham Walton.
En 1983 tuvieron una sorprendente noticia al saber que serían padres de sixtillizas. En esa época se hicieron famosos por lo curioso del hecho. El matrimonio cuenta que entraron en una especie de “modo piloto” donde simplemente hacían las cosas.
Hoy se encuentran más tranquilos ya que sus hijas crecieron y cada una está haciendo su propia vida. Aunque tampoco es tan relajado, porque les llegó una nieta a la que adoran y cuidan cuando sea necesario.
Las pequeñas Ruth, Hannah, Luci, Sarah, Kate y Jennie hoy son todas unas mujeres con 31 años de edad. Sarah es la primera en convertirse en madre.
Jorgie es la primera nieta del matrimonio y recibe toda la atención de la extensa familia Walton. Afortunadamente no representa mucho trabajo en comparación a lo que tuvo que lidiar su abuela.
Para ambos abuelos, la llegada de su primera nieta los llena de amor y muchos recuerdos.
Según Janet, “Cuando miro atrás no sé cómo lo pudimos lograr, honestamente no sé” comentó en una entrevista al Daily Mail.
Sarah vive con su primera hija junto a su prometido Kieran, que trabaja como gerente en un restaurante.
Pero para lo abuelos, la nieta viene a mostrarles la forma más tranquila de criar a un sólo bebé.
“Vivimos todos esos años en un estado de locura. No había tiempo para pensar mucho. Simplemente lo hacíamos. Lo único que lamento es no haber tenido el tiempo suficiente como para disfrutar los momentos” cuenta Janet.
Y Así lucen hoy las sixtillizas y sus padres
Janet disfruta de su nieta y es muy tranquila. Nada comparado al caos que vivió ella con sus hijas.
Las otras hijas están cada una dedicadas a sus asuntos. Ruth es recepcionista y se casará pronto. Luci trabaja como tripulante de cabina en una aerolínea y prefiere esperar más para tener hijos.
Hannah es profesora de primaria y también desea tener una familia grande. Kate trabaja en una empresa y no le atraen mucho los niños. Jennie tiene una tienda de dulces y está buscando a su príncipe azul.
Sin duda una familia que debió sortear muchos altos y bajos. Comparte esta nota si te gustó.
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