Recibió Disparo En La Cabeza Por Parte De Su Madre En El 2015. Hoy Muestra Su Recuperación

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En un fatídico inicio de año, el  de enero del 2015, Morgan Slaight disparó a sus dos hijos luego de un ataque de ira. Tras ello apuntó el arma hacía su cabeza para suicidarse en Monfort, Wisconsin.

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El hecho causó impacto en la comunidad aún cuando en su ataque de ira los planes no salieron tal y como la mujer pretendía.

Su hijo más pequeño Jaxon de 6 años murió al instante, mientras la mujer adicta a las metanfetaminas que ya había intentado suicidarse en ocasiones anteriores, falleció unos días después. El hijo mayor de la mujer de tan sólo 8 años afortunadamente no falleció.

Joey, el niño de 8 años, llego a la sala de emergencia del hospital de la Universidad de Wisconsin con una herida de bala cerca de su ojo izquierdo, poniendo en jaque su sobrevivencia. Los neurólogos pensaban que las heridas cerebrales que eran severas no dejarían que Joey siguiera siendo una “persona funcional”. Contrario a los pronósticos el pequeño sobrevivió y se aferró a al vida con fuerza.

Un año tras recibir el disparo, el niño ya formaba oraciones, corría, trotaba y armaba rompecabezas, emocionando a todos quienes conocían su historia. En 016 el chico se mudó al Centro de Rehabilitación Infantil de Wisconsin en Bethany, Oklahoma para estar más cerca de sus familiares durante su proceso de recuperación.

Tres años después desde esa horrible jornada y tras pasar 38 meses y 29 días en instalaciones médicas para poder recuperarse, Andra Muñoz, su tía y tutora escribió en la cuenta de Facebook del niño un reporte de lo que había sido todo este tiempo tratando de salir adelante.

También ella creo una página en GoFundMe para el financiamiento del equipo y otros elementos que necesita hoy el niño para seguir adelante.

Luego de muchas oraciones y milagros, Joey está aquí hoy como una bendición caminante para todos los que lo conocemos. Él ha luchado a diario para mejorar y estamos muy agradecidos con todos los que nos han ayudado a lo largo del camino.

Andra captó el momento en que Joey se despedía de los empleados del centro de rehabilitación. En ese momento y según lo expresado por la mujer Joey sonrió y dijo: “me voy a casa, por fin”.

La familia está muy agradecida por las muestras de apoyo en Facebook y por todo lo que hicieron los médicos en el centro de rehabilitación. Hoy todos esperan que el chico siga progresando y al fin pueda olvidar el terrible episodio que marcó su vida.

 


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