La sociedad está mal enfocada y eso es un hecho. Por todos lados se habla de igualdad, de inclusión, de empatía, pero poco se hace realidad de tanta palabrería en situaciones tan cotidianas como dejar subir a un niño con parálisis a un ascensor.
Pues bien dos mujeres usaron frases como “Llevo aquí todo el día” y “No he comido desde las 13:00” como razones de paso para subir primero que el niño en cuestión a un elevador dispuesto en todos lados para darle prioridad al desplazamiento de personas con discapacidad, embarazadas y ancianos.
La discapacidad no debería representar un problema para ninguna persona si realmente existiera la inclusión. deberíamos dejar de ver a las personas como inválidos o incapaces sino como personas tan o más capaces que nosotros que necesitan, en cierto punto, de un poco de nuestro sentido común.
Aún estamos a años luz de progresar en inclusión.
Si un lugar al que se dirige una persona en silla de ruedas, pro ejemplo, cuenta con rampas de acceso y ascensores, esta persona no debería estar limitada para nada. En cambio si un lugar no cuenta con estos elementos, esa persona tendrá un problema para desplazarse y llegar a los lugares que necesita, por eso es que las ciudades deben ser pensadas para todos.
La discapacidad es tal sólo cuando los espacios y los demás la hacen real.
El problema surge entonces de las personas y su relación con el entorno. esto más bien pasa por un asunto social.
Y entonces, ¿qué pasa cuando los lugares cuentan con las condiciones para que todos nos desplacemos, pero somos nosotros quienes no sabemos como usarlas?
En Santiago de Chile, un joven en silla de ruedas fue totalmente ignorado por personas que buscaban conseguir un lugar en un ascensor que no está hecho para ellos sino para que personas como el joven en cuestión puedan utilizarlo.
Pero esta no es la primera vez que esto pasa. A continuación podemos ver otra situación donde un hombre queda fuera de un ascensor que es utilizado por jóvenes que no le dan un lugar en él.
Si con esta imágenes no aprendemos, de verdad no sé para donde vamos.
Ahora último una nueva situación donde unas mujeres no dan lugar en un elevador a un niño con parálisis cerebral se ha hecho viral. Simplemente no dan paso a su silla de ruedas en una actitud claramente egoísta.
Fue la familia del niño la que pidió permiso para ingresar al ascensor donde el ingreso de un niño en silla de ruedas es prioridad, pero las mujeres simplemente se negaron a ello. Los argumentos de las mujeres como el cansancio y no haber comido, además de decir una de ellas que cuando estaba embarazada nadie le cedió el asiento en un bus no alcanzan para ser argumentos válidos.
Cuando el ascensor se abrió simplemente aseguraron su puesto y dejaron al niño y a su familia fuera.
Es indignante la situación, el no ponerse en el lugar del otro, el aferrarse a argumentos insignificantes y por sobre todo, el no ver de ninguna manera que lo que hacen está mal, que no nos ayuda como sociedad.
¿Será que nunca habrá inclusión más que de la boca para afuera?
Estas mujeres reflejan lo peor de los seres humanos, pero no todo está perdido si otros hacemos la diferencia con pequeños gestos que para otros pueden ser gigantes, si cada día nos levantamos queriendo ser mejores personas que contribuyan a que todos tengamos el lugar que nos merecemos en el mundo.
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