Apenas 12 años tenía Keith Burkett cuando cargaba con un cáncer terminal, que estaba expandido por todo su cuerpo. Durante esa edad, en la que sólo queremos jugar y divertirnos, esta familia debió luchas 6 años contra esta brutal enfermedad.
Cuando tenía 6 años apareció el primer diagnóstico, que aseguraba que le quedaban apenas 2 meses de vida. Pero los esfuerzos de los médicos junto a los de su madre convirtieron esas semanas en varios años.
Pero Keith ya no pudo más. Luego de que asumieran que el niño irremediablemente moriría, decidieron cumplir sus últimos deseos y que viviera tantos buenos momentos como pudiera.
Pese a lo que uno podía imaginar, el niño no deseaba nada más que una sola cosa. “Me dijo: mamá, me gustaría acompañarte por el pasillo hacia el altar antes de morir”, contó su madre, Taylor Woodard.
Y ese era su único deseo: cumplir el honor de entregar a su madre en el altar, el día de su matrimonio.
Para poder cumplir su deseo, la familia decidió adelantar la ceremonia y celebrarla en el salón de la casa. Así fue como el pasado 7 de noviembre, el pequeño Keith caminó con su madre hacia el altar, donde Adam (su prometido) le esperaba.
Satisfecho por haber cumplido su sueño, días más tarde el pequeño Keith murió. Apenas 5 días después, el 12 de noviembre, el pequeño falleció víctima del cáncer, pero rodeado del amor de su familia y con la felicidad de haber cumplido su sueño.
“Mi hijo quería llevarme al altar y consideramos un honor cumplir su deseo”, cuenta Taylore, quien además describió el día de su boda como el día más emotivo pero el más desgarrador de toda su vida.
“Hoy a las 12:57, Keith se ganó sus alas de ángel y ahora está en paz, en el cielo con Dios. ¡Mamá ya te extraña mucho, bebé! ¡Siempre estarás conmigo! ¡No sé cómo mamá va a vivir sin ti! Un pedazo de mí se fue para siempre”, escribió la madre en su perfil de Facebook.
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