Solo unos pocos sabemos que existen personas con capacidades diferentes que requieren en su vida diaria de un gesto amable o de un poco de ayuda. El problema nace cuando los demás no creen que ayudar al prójimo es necesario. Desafortunadamente, sobran las personas que se rehúsan a dar su asiento en el autobús a un aciano o a una embarazada.
Son muchas las historias de ese tipo, pero cuando se trata de alguien con capacidades físicas diferentes, el tema ya roza en la maldad, por decirlo de alguna forma. Bien lo sabe Francois Le Berre, quien padece de esclerosis múltiple, enfermedad en la que el sistema inmunológico degrada la cubierta protectora de los nervios, causando parálisis de las extremidades inferiores.
La situación pasó hace unos días, cuando él esperaba el autobús en Porte de Clichy, en París, Francia, con mucha paciencia como acostumbra. Cuando llegó al paradero, se acercó a la rampa de acceso para subir, pero los demás pasajeros que querían abordar el bus no se movieron para dejarle espacio, dejándolo varado afuera en la calle. Francois sólo sonrió.
Es probable que la mayoría de los pasajeros haya pensado que no pasaría nada, que su acto egoísta no sería detectado y que todo seguiría como siempre. Sin embargo, se equivocaron, porque no contaban con que el conductor del autobús tendría un gran corazón y una fuerte determinación.
El conductor del bus gritó “¡Terminó!, todos bajan del autobús!”, diciéndole a todos que bajaran y así permitir que Francois y su hermano subieran. Después de que el hombre en silla de ruedas estuviera instalado sobre el bus, el conductor no dejó que nadie más subiera y se fue con sólo con dos pasajeros.
El conductor del bus le dijo a Francoise: “Tú y tu ayudante, pueden seguir, y los demás, ¡pueden esperar al siguiente!”. Después agregó que “todo el mundo podría necesitar una silla de ruedas algún día”, es lo que piensa el conductor y lo que declaró al periódico Huffington Post de Francia.
Una situación así no se había visto antes, fue totalmente espontáneo y el conductor quería mostrar un poco de “cortesía”. Un grupo llamado Accessible Pour Tous, que significa Accesibilidad para todos, compartió la conmovedora historia en Twitter y se viralizó rápidamente. La compañía de autobuses de París solicitó detalles para poder transmitir los buenos deseos del grupo al empático conductor.
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