El ir a trabajar a diario a un hospital pediátrico no es tarea fácil, ya que suelen haber niños que en lugar de estar llenos de vida, esperan postrados por una milagrosa recuperación. Esa es la razón por la que Cori Salchert, una ex enfermera de bebés con enfermedades terminales, decidió cambiar la vida de varios pequeños que estaban en esa condición y además habían sido abandonados.
Después de haber tomado la decisión, adoptó primero a una niña llamada Emmalyn, que vivió durante 50 días antes de morir en sus brazos el año 2012. Y tres años después adoptaron a Charlie, un bebé que nadie esperaba que viviera más de 3 años, sin embargo ha desafiado las expectativas médicas y ahora está por cumplir 5 años.
Aunque Cori y su esposo Mark tienen 8 hijos biológicos, ambos desean lo mejor para los niños enfermos y abandonados, así que cuando se presenta la oportunidad de adoptarlos, no lo dudan ni por un momento. Es lo mismo que hicieron cuando conocieron a un niño de 13 años que había nacido con leucodistrofia, un trastorno genético que hace que el cerebro no se desarrolle adecuadamente.
En un principio la pareja se ofreció para cuidarlo como padres de crianza, pero dada su triste condición, luego decidieron adoptarlo. “Me sentí triste al pensar que no era querido por sus muchas discapacidades físicas, así como su edad y tamaño, pero luego me di cuenta de que no era que no lo quisieran, sino que nos estaba esperando”, contó la enfermera.
Y al final, tres semanas después de la hermosa ceremonia, el niño murió en la casa de los Salchert, rodeado del amor familiar que nunca tuvo.
“Mi mano descansaba sobre su corazón, y sentí que se detuvo… no hay nada bonito en ver morir a un niño. No fue una experiencia hermosa, pero pedí que para su muerte pudiera estar en casa con nuestra familia presente y no fuera caótico y lleno de procedimientos e intervenciones dolorosas” dijo su madre.
Ahora Cori espera que la muerte de Samuel sirva para ayudar a otros niños en su situación, así que, como a su hijo le gustaban los osos de peluche y además los usaban para evitar que los músculos de su mano espástica se enroscaran mucho, pidió que donen estos ositos al Departamento de Bomberos de Sheboygan
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