Desde mucho antes de su boda que los Duques de Sussex están dando que hablar y la verdad, se ve que no pararán, porque son un de las parejas más queridas y admiradas de los últimos tiempos. Sobre todo ahora que el Palacio de Kensington ha compartido oficialmente la noticia de que está esperando un bebé. Ahora, los ojos del mundo nuevamente están puestos en ellos, y justo cuando pensábamos que las miradas que se dieron en el altar jamás podrían ser superadas, aparecen más enamorados que nunca en su segundo día de gira oficial en Australia, en Dubbo.
Pareciera ser que la pareja está filmando una de las mejores películas románticas de todos los tiempos, pues lo que pasó mientras Harry estaba dando un discurso, no deja a todos suspirando. Mientras daba el discurso, una sorpresiva y contundente lluvia comenzó, sin mencionar que hace mucho tiempo que en Dubbo no llovía, por lo que los Duques no estaban del todo preparados. Sin embargo, la lluvia no fue un impedimento para que siguieran enamorando a todos. Es más, les entregó la escena perfecta para lucir su amor.
Como era de esperar, las autoridades con quienes estaban les brindaron paraguas, y Meghan no dudó en cubrir a su príncipe mientras él dictaba su discurso. Fue ahí cuando el alcalde de Dubbo le ofreció un paraguas a Harry pero el le contestó muy orgulloso y seguro: “Está todo bien, tengo a mi esposa”.
Habían 15 mil fanáticos, pero bajo ese paraguas parecía que estuviesen ellos dos solos, en la mitad de la nada, admirándose sin que el mundo importe. Parecía una escena practicada y así se lucieron bajo el mismo paraguas. Esas miradas apasionantes llenas de cariño, amor y admiración, nos derriten.
Esta pareja nos tiene a todos hablando de lo bien que se ven juntos, de lo mucho que se cuidan y se aman y de su autenticidad y no podemos negar que lo que nos atrae mucho de esta pareja de la realeza es que se nota que son auténticos frente al público, tal como lo son en privado.
No le ponen mucha atención al protocolo, a diferencia de Kate y William, y no temen en tomarse siempre de las manos y hablarse al oído. Lo maravilloso es que, a pesar de estar rodeados de miles de personas y ávidos fotógrafos, pareciera que están solos en la intimidad de su hogar.
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