Cuando pensamos en la madre naturaleza y en todas sus artimañas y formas de sorprendernos , sabemos que nos estamos enfrentando a lo más grande que pueda existir.
Nunca dejaremos de sentir asombro y sorpresa por la madre naturaleza, sobre todo si pensamos en los animales que viven junto a nosotros en la tierra. Existen animales que imparten miedo y respeto por su gran tamaño o fiereza, especialmente aquellos salvajes que viven en los bosques. Y no es para menos, pues, por ejemplo, un oso, puede de un sólo manotazo lanzarte lejos inconsciente.
Y eso es precisamente lo que este hombre en Alaska sintió. En ese lugar, la vida salvaje es mucho más peligrosa que en cualquier otra parte de Estados Unidos, sobre todo por su vasta población de oso cafés.
Sin ir más lejos, el área que rodea al río McNeil fue diseñada para convertirse en un santuario natural en 1967 y en 1993 se amplió aún más y ahora es uno de los pocos lugares en el mundo donde uno puede encontrarse cara a cara con estos osos, siempre y cuando sean capaces de mantener la calma tal como lo hizo Drew Hamilton.
El trabajo de Hamilton de técnico en el Departamento de Pesca de Alaska le ha permitido llevar más de 12 años tomando fotos y observando a estos osos; sin embargo, jamás pensó que, mientras se relajaba en medio de la naturaleza, un ejemplar de estos pretendía pasar tiempo de calidad con él.
El gigante oso se acercó a su silla, lentamente, evidentemente sin intenciones de atacar o hacer daño. Motivo por el cual Hamilton tomó su cámara y comenzó a filmar.
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