Algunos astrónomos de Harvard estudian la posibilidad de que provengan de una civilización extraterrestre.
Según The Astronomer’s Telegram, se ha detectado un conjunto de señales de radio extrañas cuyo origen es de una galaxia enana a 3.000 millones de años luz de la Tierra.
El descubrimiento lo hicieron los astrónomos de Breakthrough Listen. Se trata de un grupo de investigación que se dedica a la búsqueda de pruebas de que existen civilizaciones extraterrestres. Ellos aseguran haber detectado un serie de 15 ráfagas rápidas de radio (FRB) cuyo origen se cree que es de un ‘retransmisor’ de señal conocido como FRB 121102.
La señal fue captada por primera vez el 2 de noviembre de 2012. Y posteriormente, esa ráfaga rápida de radio se volvió a detectar dos veces en 2015 y a comienzos de 2017. Esto la hace única entre el resto de las FRB conocidas.
El 26 de agosto pasado, en Breakthrough Listen observaron su ubicación por más de cinco horas y pudieron distinguir 15 ráfagas de radio que se distribuían en el rango de los 4 a 8 GHz.
Peter Williams, investigador de la Universidad de Harvard, comenta que es “muy inusual” que la ráfagas estén esparcidas en una banda de frecuencias demasiado amplia, y que cada ráfaga pertenezca a un espectro relativamente estrecho.
En Harvard compartieron una muestra del sonido de esa señal:
Algunas creen que su origen sea las fulguraciones que se producen por la rotación de estrellas de neutrones contra campos magnéticos demasiado fuertes.
Otros especulan que son resultado de alguna energía utilizada por civilizaciones extraterrestres como combustible para sus naves. Y, aunque parece extraño, este año los expertos de Harvard también incluyeron esa posibilidad.
Cualquiera que sea la teoría, el origen sigue siendo un misterio. Tampoco se podría tratar de una explosión estelar ya que se estaría hablando de un evento único y, por consecuencia, no se podría repetir.
La ubicación es lo que más intriga a los científicos porque proviene de “una galaxia enana que apenas tiene el 1 por ciento de la masa de nuestra galaxia“, indicó Shriharsh Tendulkar, de la Universidad McGill de Canadá.
Y otro enigma es la distancia de esa galaxia. La constelación está tan alejada de la nuestra que esas señales se debieron haber emitido cuando la vida sobre la Tierra eran apenas organismos unicelulares.
“Incluso debió haber pasado otros 1.000 millones de años para que la forma de vida pluricelular más simple empezara a evolucionar”, concluyeron.
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