Una joven profesora llamada Emilie Larter, tuvo un gesto realmente conmovedor, una obra que solamente el amor más desinteresado y genuino puede llevar a hacer. Su historia comenzó cuando después de haberse graduado de la universidad viajó al continente africano, específicamente a Uganda, un país con mucha pobreza y niños en situación de abandono.
La historia comenzó cuando Emilie, trabajaba como voluntaria en un orfanato cuando recibió una llamada que le indicó que debía buscar a un bebé recién nacido en el funeral de su madre, que había fallecido poco después del parto. Su tarea era simple, traer al niño al orfanato en donde se encargarían de él.
Sin embargo, justo en el momento en que lo tomó en brazos, Emilie supo que esto no era una simple tarea. Sintió por el niño, llamado Adam, un amor que nunca antes había sentido. Por esta razón, Emilie lo cuidó en el orfanato lo más que pudo, hasta que tuvo que volver a Inglaterra para seguir con su vida cotidiana.
La joven mujer estaba devastada por tener que separarse de Adam, Emilie Larter lo tenía claro, ella tenía que hacer algo por el pequeño y comenzó a ahorrar dinero para visitarlo durante cada vacación. Hasta que tomó la decisión de adoptarlo, pero no iba a ser fácil: debía mudarse a Uganda por un año, lo que significaba renunciar a su trabajo y a toda su vida por este tiempo, sin la certeza de tener la solvencia económica para mantenerse durante un año en el país africano.
Afortunadamente, esta historia tiene un conmovedor final feliz, pues al final Emilie y Adam pudieron mudarse a Inglaterra, en donde esta feliz madre ahora puede dedicarle todos los cuidados del mundo a su amado hijo.
Es muy conmovedor saber que el amor de madre nace de las situaciones más inesperadas y ver el gran corazón de esta mujer, sin duda ella y Adam son muy afortunados de tenerse mutuamente.
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