Su nombre es Visarviya Borun-Goncharova y tiene apenas 8 años. Ella sufre de una extraña condición de nacimiento le ha impedido llevar una vida normal desde que tiene memoria. Bathsheba, como la llaman sus amigos, nació con el síndrome toracoabdominal, una patología tan extraña, que afecta apenas a 1 recién nacido entre 8 millones, y consiste, a grandes rasgos, en tener el corazón fuera del pecho.
Incluso con todo este desfavorable panorama, la pequeña y su familia hacen lo posible porque ella lleve una vida normal, sin embargo, muchas veces sus enormes esfuerzos se ven opacados por situaciones cotidianas.
Como por ejemplo lo que sucedió e esta oportunidad, ya que un golpe que le propinó un compañero de escuela lo que le provocó a la pequeña ser hospitalizada de urgencia. Su corazón, frágil y vulnerable, no es capaz de aguantar golpes en ese estado de exposición.
“Hoy a Virsaviya le golpearon su corazón en la escuela por accidente solo por el hecho de que un niño no está siendo amable y cuidadoso con ella todo el tiempo. Ella ha estado vomitando desde entonces, se quejaba de sentir dolores en el corazón, el estómago y la cabeza, y también aseguraba sentir mucho frío. Hemos estado en la sala de emergencias por tanto tiempo, cansados y hambrientos.
“Su corazón no está estable, necesita más oxígeno“
Dari y su familia se mudaron desde su Rusia natal a los Estados Unidos durante el 2018. Esperaban poder realizarle a Visarviya una cirugía para así poder darle una mayor expectativa de vida; pero después de los exámenes médicos de rigor, los doctores se rehusaron a operarla. Su nivel de presión en la sangre era demasiado alto como para llevarla al pabellón. A pesar de eso, su madre confía en que el estado de salud de Visarviya pueda mejorar con el tiempo. Ella está tomando medicamentos para reducir su presión sanguínea y su madre tiene mucha fe en que una vez que se estabilice, puedan operarla.
La familia tiene una página para recolectar fondos, y así poder tener una ayuda en el pago de las altísimas cuentas de salud de la niña.
La pequeña tiene necesidades muy complejas. Además del claro peligro de que su corazón puede ser visto latiendo fuera de su tórax, y con solo una delgada capa de piel cubriéndolo, Visarviya también está perdiendo parte de su pecho, huesos, y músculos abdominales muy lentamente. Además, tampoco nació con un diafragma.
A pesar de todas las adversidades, la pequeña Visarviya sigue siendo una niña con esperanzas, feliz, e increíblemente carismática. Ama a los ponis, el baile, a Beyoncé, y dibujar. Cuando la entrevistaron, aseguró:
“Cuando me estoy vistiendo, me pongo ropa suave para no dañar mi corazón. Camino por ahí, salto, vuelo, corro. No debería correr, pero lo amo”.
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