Seguramente tu hijos y sobrinos recibirán una buena cantidad de regalos esta Navidad, tal y como tú los recibiste en tu infancia gracias a la bonanza y prosperidad de tu familia.
Ojalá no sean juguetes bélicos ni sexistas, para poder educarlos en construir un mundo mejor para todos, y que tampoco sean demasiados. Digo, una montaña de regalos es más difícil de apreciar que un par de presentes bien elegidos.
Además, el exceso es algo bastante cuestionable en un mundo donde no todos los niños puedes recibir regalos en Navidad, por ejemplo. Y por ello es necesario educar a nuestros hijos para que comprendan la suerte que tienen y las injusticias que viven otros niños que son iguales que ellos.
Imagínate ser uno de esos niños pobres que nunca recibe juguetes, ponte en su lugar mientras ves el siguiente experimento social.
Alguien le entrega a distintos niños pobres dos presente: el primer regalo de su lista de deseos, y otro objeto útil para la familia. Luego de la alegría inicial se les presenta el problema: sólo pueden llevarse uno de los presentes.
¿Cuál elegirán? ¿Cuál habrías elegido tú? ¿Qué elegirían tus hijos y sobrinos en su lugar?
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