Fueron 11 horas de trabajo y se requirió de 30 especialistas para poder separarlas.
Estas hermosas niñas son Erin y Abby Delaney. Las pequeñas nacieron en 2016 y lo hicieron unidas por la cabeza. Desde ese mismo momento, tanto sus padres como todo un equipo médico empezaron a organizar la cirugía que les permitiría tener una mejor calidad de vida.
Afortunadamente, eso pudo ser efectivo un año después. Estos nacimientos poco comunes se dan en todo el mundo. Sólo un 2% de los bebés siameses nacidos tienen esta condición.
Para los padres de las pequeñas y el equipo médico del Hospital para niños de Filadelfia, la separación sería todo un reto.
Y pudieron llegar a término con éxito. Según declaró Jesse Taylor, cirujano jefe, “La separación de los gemelos que están unidos requiere de una compleja cirugía que va acompañada por una recuperación larga y complicada. Tenemos la esperanza que todo saldrá bien”.
Y así lucen hoy las pequeñas:
Aún les queda un largo camino de recuperación y algunas intervenciones reconstructivas, pero Erin y Abby ya pueden disfrutar de una movilidad independiente una de la otra.
Luego de meses en cuidados intensivos, finalmente fueron dadas de alta el Día de Acción de Gracias. Al fin llegaron a casa para vivir con sus padres y dejar atrás esta experiencia.
¡Qué valientes son!
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