Ellos son Gertrude Mokotoff y Alvin Mann. Hace unos ocho años que se conocieron cuando asistían a un gimnasio de Middletown en Nueva York, Estados Unidos. Y allí empezó esta historia de amor.
A este gimnasio siguen yendo dos veces a la semana para hacer sus ejercicios. Mann siempre fue un viajero, era marino mercante. Mokotoff es cinco años mayor y se ha dedicado gran parte de su vida en el diseño del hogar que hoy comparten juntos.
Pero quien tomó la iniciativa de pedir la mano de quien nació de ella. Fue durante una salida luego de asistir a la Ópera Metropolitana de Nueva York. Gertude sintió que era hora de romper la tradición y le dijo “Cásate conmigo” porque estaba “…cansada de esperarlo a que se decidiera“.
Su vecino por más de 20 años, Keith Schuler, asistió a la boda realizada en agosto pasado; y describió que fue un “acontecimiento que sólo ocurre una vez en la vida”.
Luego de la ceremonia, los novios fueron a su celebración. Allí Mokotoff se sentó en una silla y levantó su vestido de novia por sobre la rodilla para mostrar la liga de novia que tenía. “
Ahora que ya son matrimonio, podrán decir que se amarán hasta el último día de sus vidas. Una historia hermosa sin duda.
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