Las enfermedades a la tiroides cuentan con un amplio abanico de síntomas y trastornos asociados que a menudo generan un gran impacto en la calidad de vida de quienes las padecen. Hablamos, sin duda, de una de las condiciones médicas más comunes de la población. Esta enfermedad afecta en mayor grado a las mujeres y que, si bien, es cierto existe un tratamiento para ello, no evita que en muchos casos nos encontremos ante procesos larguísimos e incluso crónicos que pueden necesitar intervenciones quirúrgicas.
Tampoco podemos dejar de lado el hecho de que esta glándula, con forma de mariposa, hace de mediador en infinidad de procesos metabólicos y que, cualquier déficit o exceso de la hormona tiroidea genera alteraciones que podemos confundir con otras enfermedades y nunca encontrar la cura. Por eso, es común que en ocasiones algunas personas que se encuentran cansadas sin saber la razón relacionen su aumento súbito de peso al estrés.
1. Estreñimiento, problemas digestivos o colon irritable
Las enfermedades tiroideas, a menudo, tienen que ver con diversas alteraciones en nuestro sistema digestivo. Cuando aún no hemos recibido un diagnóstico, es común pasar épocas en que sufrimos períodos de malas digestiones o incluso, brotes de colon irritable.
Incluso podemos diferenciar, también, qué tipo de alteración podemos sufrir con nuestra tiroides a través de los síntomas asociados:
Hipotiroidismo: Estreñimiento
Hipertiroidismo: Mala absorción de los nutrientes, indigestiones y suele cursar con episodios de diarreas, dolor en la boca del estómago, distensión abdominal, vómitos de vez en cuando.
2. Problemas con la menstruación y posible infertilidad
Una menstruación irregular es muy común en pacientes con enfermedades tiroideas. En el caso del hipotiroidismo las menstruaciones suelen ser más dolorosas, más largas. Las mujeres que sufren hipertiroidismo, por su parte, suelen tener periodos más cortos, además de menos frecuentes o en casos más graves, pueden llegar a una menopausia temprana. Esto es uno de los trastornos más graves asociados a la enfermedad de la tiroides, pero suele aparecer en mujeres, no diagnosticadas aún, o en las que no se les ofrece un tratamiento efectivo. Por tanto, nunca deje de consultar a su médico de cabecera.
3. Problemas musculares y articulares
Pero, estos síntomas suelen reducirse de forma notable con el tratamiento. También las personas con problemas en la tiroides suelen desarrollar el síndrome del túnel carpiano, así como, fascitis plantar. Las personas con hipertiroidismo además suelen evidenciar dolor y debilidad en brazos y piernas.
4. Colesterol elevado
Estamos ante otro dato que, sin duda, puede sorprender a más de uno, porque el colesterol malo no “aumenta”, sino que lo hace más resistente. Es algo que suele pasar cuando, determinados pacientes, no logran reducir su nivel elevado de colesterol ni con dieta, ni con ejercicio ni con las estatinas. Cuando esto ocurre, estamos ante una persona que sufre hipotiroidismo. Por otro lado, un nivel muy bajo (que tampoco es positivo) puede indicarnos un caso de hipertiroidismo.
5. Alteraciones en nuestro descanso debido a las enfermedades tiroideas
Uno de los factores que más afectan a la calidad de vida de los pacientes con enfermedades tiroideas es la mala condición del descanso. No obstante, no se trata precisamente de que duerman menos:
A veces, incluso aunque haya dormido 10 horas la persona se levanta cansada, sin fuerzas. En ocasiones, esa sensación de no haber descansado, hace que el paciente necesite dormir siestas o, también, fines de semana enteros. Es algo muy grave y no debe ser tomado a la ligera. En otros casos, sin embargo, la persona puede acostarse y sentir que no puede conciliar el sueño, porque sufre taquicardias, nerviosismo elevado, ansiedad.
6. Cambios en la piel
Más allá de la pérdida de cabello, es habitual experimentar cambios bastante llamativos en la piel. La podemos notar más rugosa, seca y escamosa, sobre todo, en los talones, las rodillas y los codos, son condiciones asociadas al hipotiroidismo. Con hipertiroidismo, por su parte, la piel puede volverse frágil y muy sensible a los cambios de temperatura.
7. Depresión y ansiedad
El hipotiroidismo, se origina por una tiroides poco activa, puede tener como efecto secundario una alteración en nuestros neurotransmisores. La bajada de serotonina o dopamina provoca depresión. Un dato que muchos médicos suelen tener presente, es que cuando un paciente con algún trastorno depresivo muestra resistencia a los psicofármacos, es común que padezca algún problema con la tiroides.
Publicidad