Muchos trabajadores de oficina que se pasan el día sentados frente a la computadora, se enfrentan tarde o temprano al problema del sobrepeso. Hemos decidido averiguar por qué aparecen esos kilos de más y, lo más importante, qué debes hacer para evitarlo.
1. Un aperitivo, incluso cuando no tenemos ganas
El cumpleaños de un compañero de trabajo, las galletas caseras y los bizcochos de la abuela son las principales razones por las que se acaba aumentando de peso en el trabajo. Es muy difícil notar cómo esas pequeñas rebanadas en el plato van añadiendo poco a poco gramos adicionales a tu cintura.
Solución: Cuando vemos la comida, siempre tenemos deseos de comer más de la cuenta. Es mejor que apartes de tu vista todas las tentaciones y también que aprendas a decir “no” cortésmente cuando los compañeros de trabajo te ofrecen algo que no va con tu dieta. En los eventos, puedes conformarte con aperitivos sencillos
2. No prestar la atención necesaria a lo que comemos
Por la mañana, planeas almorzar bien en una cafetería. Pero a la hora del almuerzo, te das cuenta de que te espera un día duro en el trabajo y decides pedir que te traigan comida a la oficina, lo cual no ayuda para nada a conservar tu figura. Pero mañana, seguro que vas a comer tal y como tenías previsto.
Solución: Comienza a apuntar todo lo que has comido en una semana. Esto te ayudará a mantener un registro de cuántas veces has quebrado tu dieta habitual. Deja preparado algún aperitivo sano para evitar caer en la tentación y comer en exceso.
3. Falta de iluminación y demasiado frío en la oficina
Solución: Trata de pasar más tiempo a la luz del sol. Intenta dar paseos durante las pausas en la oficina y fuera del trabajo. Y si tienes frío, ten siempre a mano ropa abrigada. Habla con tus superiores para ajustar el nivel de iluminación, así como la temperatura en la oficina.
4. Trabajar en exceso
Trabajar constantemente de más también te hace subir de peso por dos razones: la primera responde a que la falta de tiempo libre significa que sacrificas el deporte y las actividades saludables; y la segunda suele ser la mala calidad del sueño, que desequilibra las hormonas que regulan el apetito, aumentando el deseo de comer.
Solución: Trata de incrementar tu actividad física. No utilices el ascensor, renuncia, en la medida de lo posible, al transporte público e intenta ir a pie a todos lados. No olvides de que necesitas tiempo suficiente para dormir: el ejercicio físico puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido.
5. El estrés y los plazos ponen a prueba tu sistema nervioso
Un nivel constante de estrés en el trabajo puede ser una de las razones principales del aumento de peso. Las situaciones estresantes aumentan el nivel de cortisol, una hormona que provoca ansiedad y deseo de consumir grasa y azúcar.
Solución: es absolutamente necesario que dormir bien y hacer ejercicio. Recuerda que la comida no puede solucionar tus problemas. Busca la manera de relajarte. Prueba, por ejemplo, a hacer ejercicios de respiración.
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