Si alguna vez has sufrido un ataque de ansiedad, o has sentido sus fuertes síntomas físicos y mentales, a continuación te dejamos unas claves para que puedas calmarte y recuperar el control.
Características de un ataque de ansiedad
Un ataque de ansiedad es algo más común de lo que se piensa, y se produce generalmente por un exceso de adrenalina en el torrente sanguíneo. Suele gatillarse por el miedo, por lo que es algo irracional muy difícil de controlar. Por lo mismo, es bastante complicado determinar qué los provoca exactamente.
Las crisis de ansiedad, por su parte, suelen durar entre 15 y 30 minutos. Un ataque de pánico, con síntomas más fuertes, el tiempo de duración es el mismo.
Los motivos por los que las personas sufren de ataques de ansiedad suelen ser varios, como un montón de preocupaciones y estrés que terminan pasándole la factura. Aunque no siempre hay una causa lógica y real.
Lo que hay de real, eso sí, son los síntomas que experimenta esa persona. Dentro de los síntomas físicos que experimentan las personas cuando sufren ataques de ansiedad, se encuentran:
- Pensamientos negativos
- Sensación de ahogo o incluso de parada cardiaca
- Sudoración
- Dolor abdominal
- Mareo
- Taquicardias
Luego de que seas capaz de reconocer cuando estás teniendo un ataque de ansiedad, vienen algunos pasos para intentar controlarlo o para que al menos baje su intensidad.
Controla la respiración
Esta es una de las claves para controlar un ataque de ansiedad, pues si controlamos la respiración podremos controlar también el aceleramiento del corazón.
Sigue estos pasos para respirar adecuadamente: toma aire durante 5 segundos, retenlo durante 7, exhala por 8 segundos y repite. Hazlo por unos 5 minutos, las veces que sea necesario.
Trata de evitar los pensamientos negativos
Los ataques de ansiedad se suelen asociar a (o incluso producir) pensamientos negativos recurrentes. Por ello, es importante saber cómo acabar con ellos. Tomar aire y hacer ejercicios de respiración es una buena idea, pues te concentras en la cuenta de los tiempos en lugar de rumiar ideas dañinas.
Repite frases que te tranquilicen
Repite ideas tranquilizadoras para ti o la persona que esté sufriendo un ataque de ansiedad. Depende de cada quién lo que lo animará, pero la idea es que logren un efecto tranquilizador que sea capaz de parar el ataque de ansiedad.
Repite, por ejemplo, que todo está bien y no existen motivos reales para preocuparse. También ayuda saber que tú tienes el poder real de la situación y puedes concentrarte en cambiarla.
Busca un espacio seguro donde pasarlo
Si no te encuentras en tu casa, busca un espacio seguro donde pasar la crisis pues si te sientes expuesto ante los ojos de los demás sólo te pondrás más nervioso. Por ello, un lugar discreto para poder pasar el ataque e intentar controlarlo en confianza es clave.
Nunca huyas
Huir de una situación sólo alimentará el miedo, pues es un razonamiento circular que sólo te llevará a pensar que estás corriendo porque estás en peligro. Pero no, no lo estás realmente.
Piensa en respirar, y que en apenas unos minutos todo ya habrá pasado y te sentirás mejor.
No incurras en rituales
Nunca asocies la superación de las crisis de ansiedad a rituales sin ninguna base científica: los ataques de ansiedad disminuyen por sí mismos y es importante saber respirar para lograrlo.
Si cada vez que te da una crisis te pones a rezar, por ejemplo, estarás asociando dos cosas que no tienen nada que ver. Menos beneficioso será asociar la cura de una crisis con un objeto físico, pues si no lo ubicas o no lo traes contigo la crisis podría sólo empeorar.
Nunca caigas en supersticiones que, si en otra situación igual no puedes llegar a cumplir, te generará mayor ansiedad que la que tenías en un principio.
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