La protagonista de hoy está formada en su mayoría por agua y tiene muy pocas calorías, por lo que es una fuente maravillosa de fibra ideal para seguir dietas y aliviar el estreñimiento. Estamos hablando del zapallo o calabaza que es ese vegetal de atractivo color naranja que tantos usos y beneficios nos aporta.
Aparte de eso, su sabor suave y versátil la hace más que idónea para realizar postres, como acompañante en muchas de nuestras comidas y considerarla como una fuente inigualable de salud y nutrición.
Sus aspectos positivos como alimento antioxidante, diurético y con propiedades para tratar infecciones y producir glóbulos blancos y rojos, hacen de ella uno de los vegetales más apreciados en la cocina popular.
Por eso hoy queremos entregarte una serie de sencillas recetas con las que enriquecer tu dieta diaria. Seguro que las disfrutas y, lo que es mejor, tu cuerpo lo va a notar.
1. Aperitivo de semillas de calabaza tostadas
Propiedades de las semillas de calabaza
Disminuyen los dolores del reuma y la artritis, ya que disponen de ácido salicílico, el componente de la aspirina, que actúa como calmante y antiinflamatorio. Será muy beneficioso si las tomas de mañana en ayunas. Además, contienen ácidos grasos Omega 3 y 6 que te ayudarán a reducir el colesterol.
Preparación
Lavar las semillas en un bol y escurrirlas en un colador.
Empezar calentando el horno a unos 170 ºC. Cuando haya alcanzado la temperatura adecuada, extender las semillas en una bandeja adaptada para tostar.
Remover con una cuchara de madera cada diez minutos para que no se queden pegadas, y evitando sobre todo que se tuesten solo por un lado. En el momento que las veas hinchadas y con un color dorado, estarán listas.
2. Rodajas de calabaza al horno
Preparación
Lavar la calabaza con un cepillo bajo el grifo. Seguidamente la cortar en rodajas más bien gruesas, de un dedo más o menos, intentando que todas nos queden igual.
Precalentar el horno a 180 ºC durante unos cuarenta minutos.
Untar una bandeja con aceite de oliva, colocaremos las rodajas por encima y las pincelaremos también con aceite. Esparcir sobre ella orégano o albahaca, e incluso sal marina.
Retirar del horno cuando esté blandita. Sin duda, ideal como acompañamiento.
3. Crema de calabaza
Ingredientes
1 kilo de calabaza.
2 cucharadas de aceite de oliva (32 g)
3 cebollas peladas y cortaditas.
2 dientes de ajo pelados y cortados.
Un poco de sal y pimienta
Jengibre y comino en polvo.
Media taza de caldo de pollo (125 ml)
400 gramos de judías blancas cocidas –mejor si las tienes en conserva–
Perejil fresco.
1 yogur griego (125 g)
Preparación
Pelar la calabaza y quitar las pepitas, para después, cortarla en bloques de 5 cm.
En una olla adecuada, añadir aceite de oliva para rehogar la calabaza junto a las cebollas y el ajo.
Poner el fuego alto para que todo se vaya cociendo. Salpimentar.
Se puede ver cómo la calabaza se va caramelizando, añadir el jengibre y el comino.
Cuando se haya cocinado durante 10 minutos, añadir el caldo de pollo y dejar que alcance la ebullición durante unos seis o siete minutos más.
A continuación, dejar que se enfríe. Pasar la calabaza por la licuadora para triturarla y conseguir que quede una crema muy finita.
Hervir nuevamente.
Luego, añadir las judías y el perejil, remover todo a fuego medio.
Para servirlo, poner una o dos cucharadas de yogur griego por encima. El resultado es espectacular.
4. Natilla de calabaza
Ingredientes
6 yemas de huevo
6 tazas de leche (1,5 l)
1 taza de calabaza (previamente hervida y pasada por la licuadora para triturarla, para obtener así una pasta bien finita).
1 cucharada de canela (10 g)
2 cucharadas colmadas de maicena (20 g)
Preparación
En una olla, añadir las yemas de huevo, el azúcar, la calabaza y la leche con la cucharadita de canela.
Calentar todo a fuego lento y remover poco a poco la pasta para que quede homogénea. Intentar que todos los ingredientes queden bien uniformes.
Una vez que esté hirviendo, añadir las dos cucharadas de maizena y en un vaso de leche fría y remover deprisa.
Cuando se tenga una mezcla uniforme, añadir este líquido a la olla con la leche y la calabaza que tendrás hirviendo.
Verás cómo empieza a espesar y no te quedan grumos. Ya puedes servirla, es verdaderamente deliciosa.
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