Quizás para muchos sea exagerado decir que la mujer necesita un año para recuperarse completamente después de vivir un parto, pero una reciente investigación establece claramente que las actuales licencias o permisos por maternidad a lo largo del mundo, no serían suficientes para cubrir lo que realmente se necesita. Dichos permisos maternales no se condicen para nada con las necesidades reales de una madre que acaba de parir.
Para ser aún más concreta, la doctora Julie Wray, de la Universidad de Stanford, realizó un estudio sobre la realidad postnatal que viven las mujeres en diversos países del mundo, demostrando que a pesar de que cada cuerpo es único, la mayoría de las nuevas madres necesitan de al menos 12 meses para recuperarse del todo. Por supuesto que se habla desde un punto de vista físico y emocional.
Con este dato no queremos que se entienda que la mujer es vulnerable o el mal llamado “sexo débil” al contrario, ya que la tarea de la maternidad es posiblemente la tarea más dura, hermosa y dedicada que puede llevarse a cabo, y a pesar de que la gran mayoría de las mujeres vuelven a sus responsabilidades laborales al cabo de unas semanas o meses,lo que no quiere decir que su cuerpo esté completamente recuperado.
Este estudio es algo que deberíamos tener en cuenta, pues los permisos de maternidad deberían durar un poco más y estar de acuerdo a las mencionadas necesidades, además de un dato informativo que nos ayude a poner en marcha mejores estrategias de atención médica, sanitaria, social e incluso psicológica.
Ahora les mostraremos algunos datos que pueden ser del interés en relación al puerperio:
El puerperio
Es una dura etapa post parto y se le conoce como el puerperio. Es un período que se extiende inmediatamente después del parto hasta que el cuerpo de la mamá vuelva a un adecuado estado pregestacional, es decir, a recuperar esas características físicas, orgánicas y hormonales habituales.
Generalmente, es común pensar que el puerperio dura 40 días, pero lo que las políticas públicas debieses considerar es lo que viene después , ya que el puerperio, en realidad, tiene tres fases:
Puerperio inmediato: es de 24 horas y conlleva la recuperación física
Puerperio mediato: la involución genital, la llegada de los loquios y cuando baja la leche
Puerperio alejado: llega a los 45 días cuando regresa la menstruación
Puerperio tardío: puede durar hasta 12 meses y se conoce como la total recuperación del cuerpo de la mujer tras el parto.
Estos son algunos de los cambios que sufre el cuerpo de la mujer durante el puerperio
En el sistema circulatorio: la frecuencia cardíaca de la mamá vuelve a su estado normal tras el parto, de hecho es normal que se experimente una bajada de la tensión durante las primeras semanas -es algo que debemos tener muy en cuenta. También es común que aparezcan nódulos hemorroidales.
Cambios hormonales asociados a la progesterona, a las glándulas endocrinas, a la hipófisis que regula la producción de leche.
El volumen del abdomen disminuye para poder así regular la posición del diafragma para que la respiración sea ya más profunda.
En el estómago y el intestino experimentan también cambios en la dilatación, es por eso que pueden llegar a pasar unas semanas en las que la madre tenga digestiones lentas, estreñimiento o falta de apetito. Además, existen las infecciones urinarias después del parto, puesto que la recuperación del tono en la vejiga. A su vez, otro dato que debemos tener en cuenta es que muchas mujeres pueden sufrir una baja en las defensas después del parto.
La parte emocional sufre cambios también, pues cuando una mujer da a luz, no tarda ni unos días en iniciar un estado que sólo ella entiende, vive y asume, pues nada importan, ni siquiera el dolor de ese parto o de esa cesárea. Se levantará cuando el bebé lo necesite para atenderlo y las pocas horas de sueño no serán impedimento, ni lo cansada que esté, ni lo extraño que note su propio cuerpo, al que no reconoce, el que a instantes le duele tanto como le asusta por haber pasado por tantos cambios.
Sabemos en carne propia que una madre hará todo lo que esa nueva vida necesite, pero si esa mamá tiene una responsabilidad laboral, al cabo de unas semanas o meses deberá separarse de ese bebé para retomar sus responsabilidades profesionales. Deberá hacerlo a pesar de que su cuerpo aún no esté recuperado, aunque sus emociones aún se encuentren alborotadas a flor de piel y vinculadas únicamente a su bebé.
Existen países desarrollados como Noruega o Suecia donde son muy conscientes de esta innegable realidad física, orgánica, hormonal y emocional. Es por eso que las licencias o permisos laborales llegan hasta los 16 meses. Más aún, en esos permisos, los padres también están incluidos en una proporción destacable, porque ellos logran entender que la crianza es cosa de dos y que en esos primeros meses de vida, ni el bebé ni la mamá deben estar solos jamás.
Las políticas publicas de salud de dichos países son admirables y se dan en lugares donde el estado entrega bienestar y sensibilidad auténtica y real por la población, por sus necesidades y también por las nuevas generaciones. Es por eso que en países de latinoamérica debemos entender de una vez por todas que un permiso de semanas o meses no será suficiente para que una madre se recupere del todo tras el parto. A pesar de que sabemos que logrará cumplir con su trabajo y que lo hará bien, su cuerpo aún siente dolor, y se pierde, además, un tiempo precioso que serviría para afianzar más el vínculo con su hijo o hijas que tanto necesita de su madre.
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